El pulso se va a cero,
Todo se queda en silencio como el vacío,
Como la nada que crece en mis intestinos,
No hay vida,
No hay sentido,
Giro y las paredes se hacen más pequeñas,
Giro y siento que el mundo se estrecha,
Reseco y agrietado,
No hay placer, respiro a penas,
Mi pulso apenas late,
No siento nada,
No siento nada de nada,
Ven y resucítame
Con un beso,
Con esas caricias inapropiadas que erizan mi piel toda,
Ven y abrázame que estoy temblando,
Que estoy en estado catatónico,
Que mi corazón se descuelga de mi pecho,
Y parece que lo engulle mi propio estómago,
Y lo digiere rápidamente como un bocado pequeño,
Oh maldito pánico voraz que gruñe,
Oh maldito pánico que me entumece,
Me estoy quedando sin aire,
Mis ojos pesan como costales de piedra,
Mi quijada se contrae seca y perpleja,
Mira como tiemblo,
Mira como mi ser suplica por oxígeno,
Como me desespero preso de mis propios pensamientos cuarteados,
Destrozados como todos y cada uno de mis sueños,
Apolillados como todas mis rimas tontas,
Mi pulso apenas late,
No siento nada,
No siento nada de nada,
Ven y resucítame
Ven y sálvame,
Solo abrázame,
Deja que me hunda en el aroma de tu pecho,
Que me pierda en el arrullo de tus latidos,
Susurra mi nombre y reclámame para ti, solo tuyo,
Reclama mi ser todo,
Ven y sácame de esta oscuridad que me da de zarpazos y mordidas,
Ven y abrázame fuerte, muy fuerte,
Hasta que mi cuerpo deje de temblar como césped inquieto,
Susurra mi nombre, tráeme de nuevo aquí,
A donde realmente pertenezco, a tu lado…aquí.
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