Sopla el viento sobre el cementerio,
Los arboles pareces frondosos,
Pero son solo troncos secos sin hojas,
En su lugar yacen acurrucados miles de cuervos,
Si te apoyas sobre el tronco saldrán volando
Como penas hacinadas en este mundo,
Como suplicas que se han quedado estancadas antes de llegar al cielo,
Quieto, quédate quieto,
No hay apuro…
Si has de respirar hazlo lento,
Que el moho de las tumbas se levanta de noche,
Como aliento de los caídos,
Susurrando los secretos que guardaron sus labios,
Silentes y azulados,
Sopla el viento en el cementerio,
Los nichos apilados como paredes de un laberinto liso y frio,
Son acariciados por la luna,
Sígueme, déjame mostrarme donde yace mi nombre grabado
En el mármol límpido,
Déjame mostrarte donde encontré por fin el descanso,
Donde mi cuerpo ya no se siente pesado,
Dónde mis piernas y mis brazos ya no duelen más,
Dónde mi cabeza se siente ligera como un poema sencillo,
Sigue el camino de los mirtos,
Allí estaré esperando acurrucado y en silencio,
Esperando por las flores que llevas en tus manos,
Y el sonido de tu voz filtrándose por entre la tierra aun blanda,
Me gustaría poder abrazarte, pero eso ya no es posible,
Perdón por haberme marchado aun cuando prometí estar siempre a tu lado,
Pero nunca fui tan fuerte como pensé,
Y al final me extinguí como una vela cerca de una ventana abierta,
Pero me fui sin temor alguno,
Me fui sabiéndome amado,
Me fui atesorando cada uno de tus besos,
Y cuando nos volvamos a ver, prometo dar los besos que no te di,
Prometo darte los abrazos que te prometí,
Cuando llegue el momento de volvernos a ver, estaré aquí esperando,
Acurrucado entre las raíces,
Aquí te espero,
Y cuando tengas que cruzar el puente…yo estaré esperándote,
Hasta entonces…sólo recuérdame con cariño.
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