Abrazo el dolor de mis pies, pues aun puedo caminar descalzo sobre el
césped húmedo,
Abrazo el dolor de mis rodillas, pues aun me puedo arrodillar a rezar a
la madre tierra,
Abrazo el dolor de mis caderas, pues aún llaman la atención de sus
manos,
Que se posan en ellas como mariposas sobre las flores y las reclaman
para ellas,
Abrazo el dolor de mi estómago, pues aun puedo reír hasta de tu propio
calvario,
Abrazo el dolor de mi pecho, pues en él aun late mi corazón con cierto
ritmo,
Como un salmo que resuena en el alma,
Abrazo el dolor de mis hombros, pues aun se mantienen erguidos
Aun cuando la depresión los latiguee de vez en cuando,
Pero no me importa, pues también los azotan sus labios frescos como la
mañana,
Y dejan rodar sobre ellos un te amo que me escarapela el cuerpo
Y me despierta de cualquier trance catatónico con residuos de opio en
la sangre…
Abrazo el dolor de mi cuello, pues se mantiene vertical al suelo,
Con esa obstinación que he aprendido,
Con ese coraje que he heredado,
Y porque ellos siempre están adornados por las marcas de sus dientes,
Y el tacto áspero de su barba…
Abrazo el dolor de mi cabeza, pues aun conserva cierta cordura,
Aun puede hilar rimas y entrelazarlas,
Aun recuerda tu nombre,
Aun recuerda como bordar, como tejer, como cocinar, como lanzar
hechizos,
Y en días buenos hasta recuerda mi nombre completo,
Abrazo el dolor de mis brazos, porque aun puedo usarlos para abrazarlo,
Para acurrucarme como oruga sobre la cama arrugada,
Con tus brazos conteniendo mi locura como camisa de fuerza,
Abrazo el dolor de mis manos, pues aun pueden dibujar formas lascivas
en tu pecho y espalda,
Porque aun son fuertes como para sujetar tus caderas,
Como para reclamarte para mi hasta el fin de los tiempos,
Abrazo el dolor de mi alma, que aun cuando este agrietada como una
pared vieja,
Se mantiene unida, procurando sanarse,
Procurando transformar ese amor que me das en suturas indelebles e
indestructibles,
Abrazo el dolor que se me ha impuesto, pues de lo contrario no
valoraría lo bueno que tengo,
Abrazo la fatiga que me drena los sesos como bebiendo con sorbete,
Abrazo la adicción autoimpuesta a los opioides sintéticos, para seguir
haciendo lo que amo,
Abrazo esta enfermedad que me lame con lujuria,
Pues no es la única que lo hace…
Abrazo esta vida imperfecta como yo, sin renegar más,
Simplemente la abrazo con piadosa y autentica calma,
Estoy vivo, te tengo a mi lado, entonces estoy bien, estaré bien o al
menos lo intentaré…
Sigamos juntos, respirando el mismo aire, comulgando en la misma cama,
Sigue siendo a quien dedico mis sonrisas, mis rimas,
Sigue siendo a quien ofrendo todos y cada uno de mis gemidos.
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