Como controlo la fecunda tasa de natalidad de mis lágrimas?
Hay alguna manera de castrar mi poesía sin alterar la manera perversa con que pienso?
Me atolondra la maldad del mundo,
Mi hablar se vuelve difuso debido a la brutalidad de esta ciudad,
Y mis intenciones sádicas se desmayan,
Hay más masoquismo que violencia en mi deseo,
Soy el pálido reflejo de lo que mis padres desearon tener por hijo.
En líneas generales, ellos quisieran ver a un hijo feliz y no a uno cubierto en llanto,
Quisieran verme esperando a la novia junto al altar,
Y no de la mano de un hombre con el que puedo intercambiar ropa,
Pues hacemos la misma talla…
A veces los veo con los ojos navegando en un charco de lágrimas,
Los mismos que reflejan decenas de veces mi sonrisa,
Que a veces siento está cargada de culpa,
Por qué no puedo hacer que sonrían
Como cuando ven a mis hermanas jugando con mis sobrinos?
Por qué no puedo hacer que sonrían
Como cuando mi hermano trae a cenar a su enamorada?
En fi, supongo que tengo que conformarme con las sonrisas mediocres que me regalan,
Con mi vida que ondula entre tragos, orgasmos
Y la plena seguridad de que nunca me casaré como Dios manda.
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