Soledad

A veces me alucino como Sylvia Plath,
Pariendo mejores rimas luego de dar a luz,
Y al final del día abriendo las llevas del gas
Y metiendo mi cabeza en el horno…
Pero sé que mi vida se desliza en un sendero solitario.

Hay días en los que tengo esa sensación hibrida

Que siempre compartí con mis hermanas,
Sus antojos y sus pesares previos a la maternidad…
Y es que cada vez que ellas estaban embarazadas,
De inmediato despertaba en mí una divagación lírica,
Que me situaba al borde fronterizo de la estupidez,
Se disparaba mi ternura,
Una que nunca germinar,
Una que nunca dará más fruto que un orgasmo,
Y un ronco “Te amo” exhalado con agitación pro mi novio...
A veces me asusto de mi instinto materno,
El cual camuflo con un comentario ácido,
O con una apropiada invocación a “Herodes”.

A veces me alucino como Sylvia Plath,

Pariendo mejores rimas luego de dar a luz,
Y al final del día abriendo las llevas del gas
Y metiendo mi cabeza en el horno…
Pero sé que no seré ni padre, ni mucho menos madre!