Te mueves con malicia entre mis fantasías,
Me tocas y ellas todas se transforman,
Si alguna vez soñé con besarte en un prado de amapolas,
Hoy sólo concibo el desnudarte y encadenarte a la cama,
Mis imágenes mentales de ternura,
Hoy son bocetos sadomasoquistas,
Y eso soy, sólo eso, ni más ni menos,
Sólo un boceto de tus intenciones,
Y me encanta…
Supongo que hoy soy lo que siempre quise ser…
Supongo que soy lo que siempre debí ser,
Soy sólo yo…sin gloria, sin pena, sin fama, sin fortuna.
Y aún así con vida,
Con una pulsación cardiaca ensordecedora,
Silbando una sinfonía por todo mi torrente sanguíneo,
Y estancándose en mi garganta,
En donde tu nombre se arremolina como mariposas revoloteando en un tornado,
Por su violencia desgarradora, no puedo resistirme a pronunciarlo…
César…sí, soy tuyo,
Te amo…
Y lo digo no como un secreto, no como una confesión espontánea,
Lo hago con la naturalidad con que respiro,
Te amo…
Y vanidosamente buscaré la forma de que mis poemas
Puedan lucir hermosos, o al menos lindos,
Así como yo en tus pupilas.
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