Deja ya de pisotear las tumbas,
Ya bastante tienen en que pensar los muertos,
Además tus pies están sucios,
Y las sábanas limpias…
Así que si vas a acurrucarte a mi lado esta noche,
Entra ya…
Que estoy cansado de estas discusiones tontas…
Hace frío, la comida esta rancia,
Mis versos con más arrugas que mi carne mustia,
Entra ya…
Que las bisagras están oxidadas,
Y puerta chilla al mecerse con el viento
masticado por el tiempo,
Deja ya de dar vueltas a esas lápidas,
Acariciándolas interrumpiendo su frialdad
perpetua,
Y emplea toda tu energía,
Y toda tu malicia,
Como gasa limpia, como plumas que acolchan el
nido,
Lávate las manos,
Para que el olvido no me tiña como olla
quemada,
Y ven ya…
Que el invierno ha llegado,
Y los días son más cortos que mis instantes de
cordura,
Tengo sueño,
Estoy cansado,
Estoy listo para esta noche nuestra,
Para esta visita que quizás sea la última,
Estoy listo para susurrar tu nombre y quedarme
dormido,
Por fin te has hecho presente,
Por fin atendiste mi ruego…oh dulce muerte,
Las pastillas me han dado sueño,
Así que ven ya,
Acurrúcate a mi lado,
Que no quiero cruzar el puente…solo,
Mañana caminaré descalzo sobre otros prados,
Sin que el cuerpo duela,
Sin que la mente se destartale como con lepra,
Ay dulce muerte…
¿Por qué tardaste tanto?
Apaga la lámpara de la mesa de noche,
Hasta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario