Me siento como Noviembre…extraño,
Tibio y frío al mismo tiempo,
Quisiera que mi cuerpo se sincronizase con el
mundo,
Así podría estar despierto cuando corresponde,
Y podría soñar toda la noche,
Que me pierdo en ese bosque con cruces de bruja
Colgadas como frutos maduros de los árboles
altos,
Casi tan altos como mis niveles de dopamina,
Cuando te siento cerca,
Cuando me miras,
Cuando me tocas,
Cuando susurras mi nombre,
Cuando te enredas entre mis piernas y brazos,
Con fuerza, con el anhelo de infinito,
Y con ausencia de espacio propio,
Como raíces sinuosas rompiendo la vereda,
A las que nos les importa el viento
Que se filtra como dardo por las cortinas
ajadas y la puerta entreabierta,
Quisiera que mi cuerpo se sincronizase con el
mundo,
Así no me sentiría como año bisiesto…confuso,
Atolondrado y a veces hasta consumido,
Como un cigarro encendido abandonado en un
cenicero,
Quisiera que todo estuviese en silencio,
El aire, la lluvia y la música ligera
Para poder oír únicamente mis latidos
Y no estas voces parlanchinas que interrumpen
mis pensamientos,
Quisiera no sentirme prisionero en mi propia carne,
Pero, no lo logro,
Me siento mareado y adolorido,
Con la piel punzante como estocada por miles de
agujas,
Así que tenme paciencia al besarme,
Tenme paciencia al amarme,
Pero sobre todo tenle paciencia a mis emociones
burbujeantes,
Siempre inesperadas como las olas,
Tenme paciencia y toma mi mano,
Acaricia mi cabello,
Susúrrame cosas a los oídos,
Que el dolor se irá como vino, sin aviso, sin papeleos,
sin trámites,
Sólo tenme un poco de paciencia,
Solo un poco…y luego seré tuyo,
Como lo he sido hasta ahora,
Como deseo seguir siéndolo siempre.
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