Tus palabras me han atravesado como balas
A toda velocidad, y certeza única,
Tus palabras me han desarmado,
Dejándome tan solo como en mi mente,
Derrumbado apilando rimas estúpidas,
Y aquí sentado en el suelo,
Juntando los pedazos caídos y astillados de mi corazón,
Haciendo un montículo amorfo,
Dejo que tu nombre fluya en mis lágrimas,
Mientras mi alma se precipita
Como en caída libre,
Como desbarrancada,
Como suicida animosa,
Con los brazos extendidos como obsoletas alas,
Y me impacto en la realidad, cruda y mezquina,
De que ya no eres mío,
De que esto es un adiós definitivo,
De que esta caída me romperá todo
Y aun cuando tengo miedo,
Lo anhelo,
Anhelo dejar de sentir, dejar tu nombre irse con el
viento,
Dejar que mi necesidad de ti, se la lleve la muerte,
Anhelo la tranquilidad prometida a los justos,
A los que amaron con el corazón limpio,
Anhelo abrazar la paz del otro mundo,
La que siempre es un sereno silencio,
Reconfortante,
Eso dicen, y eso quiero creer…yo creo,
Te vas,
Está bien…vete ya,
Quizás sólo necesitaba que reabrieras las heridas
Con tu adiós,
Quizás sólo necesita ese dolor que motiva al coraje,
Quizás sólo necesitaba ese empujoncito bondadoso,
Ya estoy cansado,
Por fin descansaré,
Oh mi niña hermosa,
Oh mi pequeña hermana,
Oh dulce muerte…
Toma mi mano,
Volemos juntos al ocaso.
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