Con el puño al
cielo,
Grito de
libertad y decisión férrea,
Yo puedo,
Aun con este
calor que me corroe desde dentro,
Con este vértigo
que marea mis neuronas,
Batiéndolas como
claras de huevo,
Enérgicamente y
con cierta lascivia,
Con el puño al
cielo,
Con un gesto
regio de insurrección socialista,
Así me levanto,
Acalambrado,
Con los cartílagos
de todo mi cuerpo…enjutos,
Raídos,
Como pan, como
queso,
Como el aroma de
marihuana líquida embadurnada en mi piel toda,
Con el puño al
cielo,
La templanza se
levanta
Entre los
lacerantes cortes invisibles en mis músculos,
Y mis lágrimas
ocres se vuelven una barricada,
Hoy me levanto,
Junto con este
puño iracundo,
Apuntando al
cielo,
Pero no
renegando de mi destino,
Sino abrazándolo
con la misma ternura que mi novio me abraza,
Cada noche en
que me tuerzo adolorido,
Con el puño al
cielo,
Y con sus dedos
enredándose dulcemente en mi cabello,
Yo seguiré
caminando,
Seguiré sonriendo,
Seguiré hilvanando
melodías con el crujir de hojas secas,
Y mis versos los
atare como bouquets de lirios rosas y lilas,
Y se los
ofrendare a él, pues si ha secado mis lágrimas,
Merece todas y
cada una de mis sonrisas,
Mis miradas
enamoradas,
Y mis piernas
indómitas como el mar añejo,
Con el puño al
cielo,
Yo seguiré
respirando,
Viviendo,
Y sobretodo
amándolo,
Porque sé que es
lo mejor en mi vida,
Porque sé que en
sus besos mis pesares se vuelven primaveras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario