La fuente de las almas brilla en un azul
pálido,
El aleteo del espíritu se siente cada vez más
fuerte,
La noche de luna roja ha llegado,
Las almas se contornean en su estanque,
Parece un cardumen de lisas excitado,
Muchas regresarán al mundo que las vio partir
hace siglos,
Otras incursionaran en la aventura que es la
vida por vez primera,
Y aquí los dos nadando sinuosamente,
Una vez más viajaremos juntos,
Como el mar y el viento,
Como la barca y el remo,
Al otro lado del umbral florido nos
encontraremos,
Para vivir una vez más esa historia tan
nuestra,
Como una invocación de Enoch al alba,
Con fuerza, con luz propia,
Y nos entrelazaremos como versos de una poesía,
Que flotan ligeros,
Que encarnan, que mueren y resucitan una vez
más,
En este tránsito azul que late presuroso,
Como el corazón de un recién nacido…
La noche del retorno hay llegado,
No te sueltes de mi mano,
Que yo no soltare la tuya,
Y podremos encontrarnos nuevamente
Una y otra vez, y otra vez más
Hasta que la fuente de las almas reclame la
presencia de todos,
Y aun en ese día, las nuestras nadaran de la
mano.
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