La vida se aprende
respirando,
La tierra caminando
descalzo,
La paz haciendo el
bien sólo porque sí,
El amor acariciando,
El éxtasis desnudándose,
La fragilidad del ser
arriesgándose,
El dolor enterrando a
tus muertos,
Y la fuerza de tu alma
sonriendo
Aun cuando tus ojos lo
único que quieren hacer es ahogarse,
Desprenderse como
nidos abandonados
Y estrellarse en el
piso,
Y volver a ser solo un
manojo de ramas secas,
Una nada desordenada…
El agua se aprende
sintiendo la lluvia sobre las mejillas,
El calor acariciando
el cuerpo de tu amante,
Y el vértigo parándote
en una cornisa cuando él ha huido,
Dejando las ventanas
abiertas,
Las luces encendidas,
El alma un insondable
y negruzco agujero…
La vida se aprende día
a día,
Paso a paso,
Verso a verso,
Con un hola, un hasta
luego y muchas veces un adiós.
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