Oyes eso,
Oyes como se tranquiliza mi pecho cuando me acaricias,
Y entonces los miedos que arrastra la noche a sus espaldas desaparecen,
Ves eso,
Ves como mis piernas se estiran como ramas frescas de jazmín
Y se enredan alrededor de tus caderas,
Sientes eso,
Siente como mi piel se eriza como botones de flor a punto de reventar
Ha llegado la primavera con tu roce,
Hueles eso,
Huele mi cuello, huele a violetas, sencillas y hermosas,
Huele mi cabello, huele a azucenas, dignas y santas,
Y todo es porque estás a mi lado,
Y todo es porque estás acariciándome,
Todo es porque te deseo,
Porque soy tuyo,
Y mi piel sabe a ti,
A tu nombre,
Mi piel enjuga rimas…
Y como lágrimas cristalinas se deslizan lentamente por mi espalda,
Sigue acariciándome,
No tienes que preguntar si me gusta,
Pues mis gemidos son respuesta más que contundente,
Así que sigue besándome,
Embriágame de tu sabor, del néctar de la vida,
Soy tuyo…ni siquiera deberías de preguntarlo,
Sólo mírame, ve como mi piel te reconoce como el cordero a su dueño,
Sólo tócame, siente como me doblo como hierba fresca con el calor de
tus dedos,
Sólo óyeme, oye como tu nombre se ha vuelto un gemido y un salmo,
Y a ti me encomiendo esta noche y siempre…
No me sueltes…sigue amándome.
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