jueves, 25 de abril de 2019

Farewell


The creepy shadow under my bed
She sneaks to avoid being seen,
She wants to remain aloof,
So reluctant to talk to me as we used to years ago,
She has long lost her charm,
And every time I smile,
She shrinks and wriggle like a worm pressed down,
By reckless hands full of dirt and wrath,
The creepy shadow under my bed
Seems to be sick,
She doesn’t wander around the house any longer,
She just hides in the dusty corner or my bedroom,
And refuses to crawl up my duvet,
She doesn’t snuggle on my pillow any more,
And her deep commanding voice has turned into an indistinct whisper,
She’s dying like a neglected flower,
How can I fix her?
How can I save her?
And most importantly, should I?
After all, smiling suits well on me,
And I have stopped shivering since someone touches me
With a gentle warmth that smells like Eden,
I see her suffering like a poisoned animal,
And I feel I sorry for her,
And I would love to feed her with suicidal intentions
But there are none,
They have diluted like a drop ink dropped in a lake,
They have vanished like ashes brushed away by the winter winds,
No more sorrow, no more pain,
Just a feeling that makes my legs tingle,
And seek for shelter in his cozy chest…
The creepy shadow under my bed
Has lost her talent to spook and haunt…
I’d better let her dye with a bit of respect,
No mourning, no guilt…
Just with a goodbye kiss,
Certain, we meet each other someday …but hopefully, not too soon.

Me


I was once so broken inside that trying to put myself together was impossible,
When I counted piece by piece, like beads from a Japa Mala,
Muttering bitter verses, vocalizing mute words,
There was always a missing piece,
Perhaps the core…I guess my soul,
The twirl of my own deeds,
The heavy burden of fears I’d carried from womb,
Made it impossible to feel safe, complete, but most importantly to be me,
Then I realized that to rebuild a crumbling castle
One needs to pull it down first,
Dig deeper than before and root new foundations,
Strong like an oak, versatile like a weeping willow,
And then little by little, bloom again,
Embrace the sky with nothing but gratitude,
And nurture faith in the heart,
Feeling it flapping slowly, then faster and faster,
Until you can feel as if a hummingbird is trapped in your chest,
And you only need to breath,
Open your eyes though the sun might hurt them a little bit,
And see how beautiful life can be
Only if your strongest love comes from yourself to yourself,
So, if you see me walking by the seashore,
Barefooted and smiling,
It’s because I’ve come back home,
Anew and smelling fresh,
Like the ocean, like the breeze,
Like the hymn I’ve always wanted to be…
If you see me walking in the rain and jumping into the little muddy ponds,
Smiling fully, singing and stepping the ground like I owned it,
You’d better know…that’s just me,
That’s the real me…the one I thought I’d buried at sixteen,
Under tons of suicidal plans,
And heavy showers of guilt…
If you see me grinning broadly,
You’ll see that there’s no hype, no pretense…just me
The real me… the one and only,
Stripped and unabashed
Stripped and content
So glad I could find myself again.

miércoles, 24 de abril de 2019

I do


One day you came to my life, 
And showed me I was beautiful and sweet
And worth of being loved and taken care of,
You came to my life, touched my hand
And ever since we’ve walking together along the yellow path,
And since then...
One by one all my worries have fallen,
Like dry leaves from branches which rebirths
With the gentle warmth of your hands…
Then my rhymes anew like moors during spring,
And I am graceful and grateful,
I feel young and fresh like a cacoon bathed with raindrops...
One by one all my pains have been brushed away,
Like dandelions spores kissed softly
With the sweet air which dances between your lips
When you say my name…
One by one all my nightmares have been buried
Like creepy ghouls
Which melt slowly in the heart of Mother earth,
To become nothing but a blurry memoir
With no home to return and no reason to exist,
And no character to play
In this fairy tale we write with each embrace and kiss,
Just you and me…
Just your legs and mine together like branches of the same tree,
Just your lips and mine together like verses of the same poem,
I love you…
Yes… I do… I do.

martes, 23 de abril de 2019

Temor


Podría comerme el cielo,
Como si fuese una manzana madura y jugosa,
Podría devorar su extensa oscuridad esta misma noche,
En que mis ojos se reúsan a cerrarse,
En que mi corazón se reúsa a desacelerarse,
Mirarlo sin recato alguno y hasta lascivamente…
Podría abrazar el tiempo con tanta rudeza
Que me quebraría las pocas costillas sanas que aún tengo,
Y aun así querría más,
Pues me siento vacío por dentro,
Vacío como un salmo que se clama sin fe,
Porque aunque me toques me siento frío,
Porque aunque me beses no me siento hermoso,
Como lo hacía hace algunos años…
Podría ofrendar mi vida sin dudarlo por un instante,
Después de todo me pesa como una alforja llena de piedras,
Y mis piernas se rehúsan a dar un paso más,
Ni siquiera a arrastrarse hacia delante un centímetro más,
Ya no tengo ganas de nada,
Me siento vacío como esta noche sin estrellas,
Como mil y un mantras escurriéndose entre las cuentas de madera,
Del Yapa Mala con el que medito procurando encontrar bondad en mi alma,
Y descubriendo que nunca hubo,
Ni siquiera una pizca,
Heme aquí derramando un rosario de lágrimas que repta por mis mejillas,
Esperando que se vuelvan un charco salado,
Tan profundo y tan denso,
Que me pueda ahogar en él…sin miedo,
A decir verdad, con un poco de entusiasmo,
Estoy vacío por dentro,
Y tus te amo, me atraviesan como si fuesen de agua y no de fuego,
Estoy vacío por dentro,
Y lo único que temo es hacerte daño,
Consumirte como esta vela,
Con el fuego turbio y violento de mis anhelos suicidas.

Perdónanos


El cielo sangra,
La piedra se agrieta,
El agua se absorbe,
Todo es desolación y desgano,
Como cuando se sabe que se va a morir sin remedio alguno,
Y aun así se reza con el mismo ahínco con que se sueña,
Nulo…
La tierra resuena a las orillas del mar,
Con ondas elusivas como los ruegos de los moribundos,
A los que su dios les ha dado la espalda,
Después de todo,
Cómo podríamos reclamarle algo al cielo,
Si no hemos hecho más que pecar a diario…
Entonces el ruego se vuelve aún más mezquino,
El cielo se oscurece con humos de piras fúnebres,
De frescos chamuscados,
De madera astillada y apolillada,
La torre ha caído,
La fe tambalea como las piernas cuando el amor ha sido agresivo,
El sol se hunde en el oeste, cae con cierto asco,
Como un escupitajo en el lomo del esclavo…
Así la hemos tratado,
La hemos humillado, mancillado,
Azotado, prostituido…
Así la hemos rasgado con nuestros arados,
La hemos envenenado con nuestro afán de oro,
Así la hemos maltratado,
Y ahora sufre,
Ahora tiembla,
Ahora ruge,
Óyela lamentarse habernos dado la vida,
Óyela lamentarse el habernos dado refugio,
Y así maltrecha, herida, sangrante, mutilada,
Retorciendo sus entrañas procura darnos más,
El verdor de sus piernas,
La bendición de sus pechos montañosos…
El fruto de su vientre,
Oh tierra,
Oh madre,
Oh Gaia…
Te hemos lastimado como alevosía,
Nos hemos comportado como proxenetas iracundos,
Y aun así nos sigues nutriendo,
Con el agua de tus venas-ríos…
Oh tierra,
Perdónanos,
Siempre fuimos egoístas y tontos,
Nunca nos dimos cuenta o no quisimos,
Perdónanos…perdónanos.

Pronto


Algo melcochudo está en el aire,
No sé muy bien si son las ganas de verte,
O el estupor de este verano caprichoso
Que se ha agarrado con todas sus fuerzas a un abril presuroso,
Y a sus noches de temperaturas indecisas…
Como mis rimas,
Y hasta cansadas como mis piernas,
Estoy aquí, a la luz de las velas,
Sin tener tus manos serpenteando sobre mis piernas,
Sin tener tu mirada reflejando la danzarina llama que consume la cera,
Estoy aquí con esta urgencia convertida en un rezo,
En un ruego esperanzado,
Pronto estaré en tus brazos,
Hundiendo mi frente en tu pecho,
Como el sol cayendo detrás de las impetuosas olas del oeste,
Y podré sentir esos acordes suaves que son tus latidos,
Y podré arrullarme en el aire que escapa de tu boca cuando dices mi nombre,
Y este rueda libremente como dejándose llevar hacia las faldas de las montañas,
Estoy aquí sentado,
Pegando mi nariz a la ventana,
Como un fantasma penando en una casa vacía,
Esperando que este vacío en mi pecho, en mis piernas y en mi lecho,
Se destartale como pintura mohosa,
Y que las sábanas dejen de estar tan tersas
Y se vuelvan un paisaje post-apocalíptico,
Donde se irgan nuestras rodillas, nuestras caderas como flores obstinadas,
Y revoloteen nuestros besos y cientos de te amo,
Estoy aquí en la quietud de la casa vacía,
Y con una inquietante urgencia de verte y besarte,
Y una conciliadora esperanza de verte pronto…muy pronto.

martes, 16 de abril de 2019

Eternidad


Amor! Esa enfermedad de tono rojo,
Esa que fluye como lluvia debajo de la piel toda,
Que hace que los labios florezcan aun cuando estén secos,
Y las caderas se sientan fértiles aun estando maltrechas,
Y mis rimas sisean al enroscarse entre mis gemidos,
Entre esas alegóricas mamíferas
Que parecen eternas,
Al menos en tus manos obstinadas,
Al menos en este rinconcito de primavera,
Como una rosa azul que yace curtida en resina,
Una que ha abandonado su delicadeza,
Pero no su aroma,
Y por eso la sigues tratando con gentileza,
Por eso me sigues acariciando como lluvia que rueda por la ventana,
Por eso te sigues acurrucando a mi lado en la noche fría y sin luna,
Y seguimos despertando uno al lado del otro,
Como la ciudad despierta junto con la mañana,
Amor! Esa enfermedad de tono rojo,
Que se propagó infecciosa en mi ser más recatado,
Y que después de diecisiete años aún me tenga presa suya,  
Así que bésame suave,
Abrázame fuerte,
Di mi nombre,
Y quedémonos juntos un instante más en esta historia nuestra,
Que se tararea como una canción en Fa sostenido,
De aquí hasta que la eternidad alcanza la verdad de su esencia.

Anhelo


Esta sensación de llevar un corsé puesto es tortuosa,
Parece que alguien me lo ató con cólera,
Y con él mi respiración se hace lenta,
Y la sangre fluye como gusanos rojos y debajo de mi piel,
Estoy cansado de esta sensación de sofoco,
De sentir mis brazos y piernas como hechos de concreto,
Estoy cansado de esta sensación de que algo me falta,
Y lloro, sonrío, lloro nuevamente, y sonrío con artificial disimulo,
Mi dulzura diaria es falsa como un edulcorante dizque dietético,
Y casi tan dañina como el ciclamato…
El dolor me aturde como si estuviese lamiendo alambres electrificados,
Entonces toda la piel se siente como cortada con navaja de mano,
Y los músculos escarbados con un crochet caliente,
Estoy cansado de sentir mi mente como una puerta media abierta,
Bamboleándose con la brisa del tiempo,
Y dejando huir mis recuerdos, mis palabras, mis rimas y hasta mi nombre,
Sólo quisiera un minuto de silencio,
En el que la cháchara de voces guturales y siniestras en mi cabeza se callase,
Así podría oír a mi corazón diciéndome que debo de aguantar un poco más,
Que todo estará bien en un rato,
Que la gabapentina cabalgará por mi sistema y adormecerá hasta mí poesía,
Y oiré a mi corazón decirme que tenga paciencia,
Que me asome a ver a través de la ventana,
Como las nubes se contorsionan y mutan lentamente,
Como películas en cámara lenta sólo para mí retina acuosa y salada por el llanto,
Pero a veces ni eso me distrae,
A veces hasta esa luz tenue me desgarra los ojos…
Y es que, sólo quiero una noche de sueño,
De sabanas tan acogedoras y posesivas, que me enreden los pensamientos,
Los reclamen como propios y perderme en ella,
Naufragando el mundo del revés y lo imposible,
Sintiéndome ligero como lo hacía en sus brazos hace algunos años,
Cuando sus caricias se sentían como una gasa limpia y desinfectada,
Y no golpes secos sobre la pared agrietada,
Quiero un momento sin que todo duela, arda, queme, hinque…
Y así poder perderme en los vapores lujuriosos de su cuerpo,
Sin sentir que me desmorono como estatua de sal,
Quisiera un cuerpo que no duela,
Una mente que no se pierde en sí misma,
Quisiera volver el tiempo,
Pero no puedo…lo siento.

Promesa


Moriré con la arrogancia del guerrero ungido,
Alucinándose un ángel de fuego,
Tejiendo redes con sus propios pensamientos,
Y envenenándose con sus propios versos sanguinolentos,
Blandiendo sus principios como estandartes regios de guerra,
Moriré sabiendo que con la misma frescura con que viví y ame,
Sobrevivimos a lo que unos llamaban pecado,
A los que otros llamaban capricho,
Y a lo que nosotros llamábamos amor del bueno…
Moriré a sabiendas que soñé,
Que fui generoso cuando tuve la oportunidad de serlo,
Que perdone a quien me insulto,
Que cuide a mi familia como un tesoro precioso,
Que sonreí aun estando adolorido,
Que camine erguido a pesar de estar anestesiado,
Moriré con la certeza de que me amaste,
Que unimos nuestros caminos como se unen los minutos y las horas,
Que vivimos entre flores y espinas,
Pero siempre juntos,
Con los dedos entrelazados como votos sacros,
Moriré, sin ese temor que se nos inculca desde pequeños,
Me iré en paz plena,
Me iré recordando la lluvia sobre las ventanas de la sala,
Escurriéndose lentamente como las lágrimas
De aquellos días en que no podía ni levantarme de la cama,
Me iré oyendo a los grillos que acompañaban mis noches en vela,
Procurando opacar el estruendo tronador de tus ronquidos,
Me iré recordando el aroma de las flores,
Tan dulce como tu piel fresca,
Me iré sin mirar atrás con decepción o culpa,
Simplemente cruzaré el puente sonriendo,
Y allí nos volveremos a abrazar y esta vez será para siempre,
Como lo prometiste,
Como lo prometimos.

lunes, 15 de abril de 2019

Descorazonado


Has confundido mis miradas con versos enamorados,
Escritos y perennes…
Llenas de gracia como María,
Llenas de vida como las obras de Miguel Ángelo…
Has confundido mis piernas con raíces inquebrantables,
Testarudas e indómitas,
Frescas como el mar de la Plata,
Lisas como la nieve en las calles de Yugoslavia,
Pero no soy nada de eso,
No tengo el corazón puro,
No tengo la fuerza para acompañarte en este camino,
Mis pensamientos me pesan más que mis propias caderas,
Mis ansias de libertad gritan más que la Bastilla,
Me encanta acariciarte,
Disfruto besarte,
Y hasta me emociona enredar mis extremidades entre las tuyas,
Dormir rodeándote con mis brazos,
Como las ramas antiguas rodean los brotes nuevos,
Pero no te amo,
No te necesito para seguir sonriendo,
No te extraño a cada minuto,
Ni mucho menos pienso en ti cuando llueve o hay niebla,
Y se me antoja estar en mi cama,
Quizás contigo, quizás con alguien más…
Ya estoy viejo,
Y el corazón se me ha secado como uva avinagrada,
No hay amor en esta sangre que me recorre por completo,
Así que ve,
Corre, salta, diviértete, vive…
Y mejor huye,
Que mis piernas son enredaderas codiciosas e ingratas,
Una vez que me aburra te dejaré,
Bésame, tócame, serpentea mi piel toda con tu lengua,
Acopla tus gemidos a los míos,
Siénteme llenar los cálices de tu anatomía,
Quédate a dormir una que otra noche si así lo deseas…
Pero, no te enamores,
Yo ya ame y olvide como se hace eso,
Yo ya ame y no quiero volver a hacerlo,
Así que guarda tu corazón de mandarina madura…
Después de todo esto es sólo un juego sudoroso,
Dónde solo el guerrero cruel sobrevive.

Cariño


Vacío está el útero de la noche,
Los fantasmas y las penas han atravesado el umbral de su prisión eterna,
La oscuridad ha reclamado los cielos,
Las estrellas se han extinguido,
Como luces de navidad que se han ido quemando una a una,
Y aquí nos tienes a los tontos enamorados,
Hilvanando versos,
Atizando el fuego de nuestras entrepiernas con manos justicieras,
Desencajando nuestras sonrisas con gestos más morbosos,
En ausencia de alguien que nos bese,
En ausencia de alguien que nos toque,
Buena es la melancolía,
Buena es la labor estúpida de la poesía,
Y así te recito salmos en mi mente,
Te susurros los cantares más dulces en mi mente,
Sabiéndote lejos,
Sabiéndote ajeno…ajeno a estas manos, a este cariño,
A esta cama tan inmensa como el océano,
¿Dónde te quedaste jugueteando?
¿En qué cama te encuentras gimoteando?
Sí, sé que tu piel dejo de ser un terreno pio hace mucho,
Sí, sé que tu ser dejo de ser el altar pío de mi credo,
Y aun así, de la manera más estúpida,
De la manera más caprichosa,
De la manera más torcida,
De la manera más pusilánime…te extraño,
Te añoro,
Te deseo,
Sí, sé que doy pena, como el velorio de un quemado,
Sí, sé que doy lastima, como un aborto espontáneo,
De la mujer que se muere por ser madre…
Pero, así me moldearon tus manos,
Pero, así me pervirtieron tus caderas,
A amarte,
A necesitarte…
Y hasta mendigarte,
Eso que entregas a cualquier samaritano excitado,
Un poco de tu calor enajenado,
Un poco de la frescura de tu aliento,
Un poco de tu lascivo cariño.

Siempre


Me siento como Noviembre…extraño,
Tibio y frío al mismo tiempo,
Quisiera que mi cuerpo se sincronizase con el mundo,
Así podría estar despierto cuando corresponde,
Y podría soñar toda la noche,
Que me pierdo en ese bosque con cruces de bruja
Colgadas como frutos maduros de los árboles altos,
Casi tan altos como mis niveles de dopamina,
Cuando te siento cerca,
Cuando me miras,
Cuando me tocas,
Cuando susurras mi nombre,
Cuando te enredas entre mis piernas y brazos,
Con fuerza, con el anhelo de infinito,
Y con ausencia de espacio propio,
Como raíces sinuosas rompiendo la vereda,
A las que nos les importa el viento
Que se filtra como dardo por las cortinas ajadas y la puerta entreabierta,
Quisiera que mi cuerpo se sincronizase con el mundo,
Así no me sentiría como año bisiesto…confuso,
Atolondrado y a veces hasta consumido,
Como un cigarro encendido abandonado en un cenicero,
Quisiera que todo estuviese en silencio,
El aire, la lluvia y la música ligera
Para poder oír únicamente mis latidos
Y no estas voces parlanchinas que interrumpen mis pensamientos,
Quisiera no sentirme prisionero en mi propia carne,
Pero, no lo logro,
Me siento mareado y adolorido,
Con la piel punzante como estocada por miles de agujas,
Así que tenme paciencia al besarme,
Tenme paciencia al amarme,
Pero sobre todo tenle paciencia a mis emociones burbujeantes,
Siempre inesperadas como las olas,
Tenme paciencia y toma mi mano,
Acaricia mi cabello,
Susúrrame cosas a los oídos,
Que el dolor se irá como vino, sin aviso, sin papeleos, sin trámites,
Sólo tenme un poco de paciencia,
Solo un poco…y luego seré tuyo,
Como lo he sido hasta ahora,
Como deseo seguir siéndolo siempre.

domingo, 14 de abril de 2019

Perdóname


La culpa viene sigilosa como las patas del gato,
Luego se acurruca en cada rincón cálido del alma,
Entonces uno ya no se pertenece a si mismo,
Sino a lo que hizo y lo que no,
Y sigue pensando…analizando,
Tratando de no enredarse en las púas
De esa menta que parece campamento de concentración…
Donde hay más gas que substancia,
Donde hay un eco constante de miseria y desesperanza…
La culpa llega sigilosa,
Como las esporas del diente de león arrancadas por la brisa,
Y se disemina en cada rincón del alma,
Y pienso en lo que hice, en lo que no…
En lo que pretendí hacer y cómo resulto todo,
Desastroso como mí cabello al despertarme,
Desordenado como mis pensamientos,
La culpa ha venido sigilosa y agazapada entre mis actos profanos,
Los cuales intento minimizar con poco recato
Y con suma soberbia,
Como un cowboy psicópata, montado en un tiburón blanco,
Aferrado a ese imposible que sabe que lo devorará por completo,
Estoy lleno de culpa como agua y sangre,
Así que no me toques esta noche,
Que me siento pegajoso por los besos de otros labios,
No me mires esta noche,
Que ya no me siento tuyo…
Lo siento, te fallé,
Lo siento, te traicioné,
Lo siento, perdí el control de mi ingle inquieta,
Ahora me siento tan ajeno a este tu lecho,
Como la nieve forastera cayendo sobre el suelo de Egipto,
Lo siento, te fallé,
Lo siento, te traicioné,
Lo siento, ojalá puedas perdonarme.

Fin


La depresión ha saltado a mí como un sapo,
Y sobre mis labios se ha balanceado,
Y en ellos ha defecado,
Entonces mis rimas son sólo un rosario de penas,
Una que se reza cuando nadie me está viendo,
Cuando estoy acurrucado en mi cama,
Y el yace dormido ignorante de lo vacío que me siento,
Sin embargo, la pena no es como un reloj afinado,
Y a veces logro esbozar una sonrisa,
Acompañada de una mirada que brilla como pasto bajo la lluvia,
Y de ella se deslizan palabras almendradas,
Como la neblina rala de Marzo,
Y hay días en que mis manos y mis pies se sienten como tiempo de cosecha,
Con emociones que florecen en miles de colores hermosos,
Y hasta yo me siento hermoso,
Y sonrío como alguien que aún disfruta de la vida,
Y acaricio sin disimulo,
Abrazo fuerte y con sentimiento de pertenencia,
Canto, desentonado, pero con sentimiento vivo,
Y si me quedo en silencio puedo oír mis propios latidos,
Y me alegra el hecho de seguir respirando,
Y las ganas de verte y tocarte me parten los nervios,
Me desespero…
Pues hay días en que deseo perderme debajo de tu ropa,
Y quedarme allí hasta que la muerte se nos una,
Ménage à troissexy, sudoroso, como los muchos que tuve en mis años mozos,
Pero sólo son pocos días,
Y como flores con fecha de caducidad…luego vuelvo al letargo,
A esa sosa existencia llena de narcóticos,
A este barrio marginal que llamo vida,
En la que transito sin prestarle atención a las voces que se impregnan en el entorno,
Como grafiti plagado de mensajes suicidas y palabras obscenas,
Sólo por unos días puedo sonreír siendo sincero,
Luego vuelvo al claustro donde mis uñas marcan los días que espero a la sentencia,
El final de todo…a mi querida hermana muerte.

Máscara


Este ceño fruncido hace juego con mi boca rota,
Con esas sonrisas que se han apolillado,
Y son solo memorias tristes, viejas y paupérrimas…
Así no me gusto,
Así que visto una máscara,
Con una sonrisa dibujada,
Una que no es ni muy amplia, ni muy escueta,
Simplemente perfecta,
Como una noche al lado de un lago vaporoso,
Donde el agua ondula al caer en ella las flores maduras
De matas amarillas de girasoles esbeltos…
Visto una máscara ceñida,
Una que se ha mimetizado con mi rostro,
Así que nadie nota la careta que pende de mis orejas,
Como la primavera pende de mis ventanas,
Y así la mantengo todo el día,
Como un verso que revolotea en mis pensamientos,
Sin encontrar una rima mínimamente sensata,
Y hastiado de su falta de compostura se suicida…
Visto una máscara,
Una que disimula mi mirada perdida,
Mis ojos llorosos,
Mi semblante desencajado,
Como mi quijada después de tantos puñetazos…
Visto una máscara,
Y a veces me es tan difícil reconocerme sin ella,
Pues se siente muy cómoda,
Como la lujuria de antaño enraizada en mis piernas,
Donde legiones se arrodillaron sin elevar rezo alguno,
Pero de eso, no queda más que el recuerdo,
Y la vocación añeja de puto,
Uno que ha amado y ha olvidado,
Uno que ama y es amado,
Uno que aun en cuando debería ser feliz se siente roto,
Como una copa que se resbalo de la mesa,
Como el útero de una mujer que abortó en un consultorio sucio,
A la espalda de un mercado,
Y murió atropellada al mirar atrás con remordimiento…
Sí, estoy triste y quebrado,
Pero llevo una máscara con una sonrisa delineada,
Y eso es todo lo que el mundo ve,
Y todo lo que voy a mostrarle.

It's time

I've lived and loved, I've hugged and kissed, I've done my duty, I've paid my dues, I've erred and also made amendments,...